El mundo de las empresas ha evolucionado y evoluciona constantemente. Pero realmente, ¿estamos siendo conscientes de tanto cambio?

Nos han enseñado durante todos estos años a gestionar las empresas para hacerlas más grandes, más rentables, más internacionales, más productivas, más innovadoras, con productos y servicios de primera calidad. Nos han transmitido la importancia de las personas que trabajan en la empresa, a considerarlas el activo más importante de las misma.

Todo esto ha generado que, en el País Vasco, hoy en día contemos con muchas Empresas de primer nivel a nivel internacional. Empresas que compiten con grandes multinacionales fuera de nuestras fronteras y que han demostrado que lo pueden hacer con éxito.

Sin embargo, pudiendo afirmar que contamos con un gran tejido empresarial, nos encontramos que este está principalmente formado por PYMEs y MicroPYMEs. En muchos casos con productos de primerísima calidad y con un alto nivel tecnológico. Y, sobre todo, empresas que cuentan con equipos de personas altamente cualificadas e implicadas en sus organizaciones. Pero su escaso tamaño, por lo general, les impide competir de tú a tú con otras empresas mucho más grandes y con mayores recursos. Se trata, en muchas ocasiones, de una partida en un mundo global en el que nuestras empresas juegan en desventaja.

Y es que, en el siglo XXI, la forma de jugar esta partida ha cambiado radicalmente. En muchas ocasiones, comprobamos que ya no ‘triunfa’ el que mejor producto fabrica, ni el que mejores trabajadores tenga, ni incluso, el que mejor vende sus productos. Hoy en día triunfa el que cuenta con más recursos financieros, unido por supuesto, a una estrategia y capacidad clara de crecimiento. Sé que suena triste, pero en muchos casos, es una realidad que se impone. Miremos a nuestro alrededor y realmente pensemos si los que más venden hoy en día son los que mejor producto tienen. Y comprobemos cómo han crecido tanto. Se trata de otra partida muy diferente a la que hemos jugado en el siglo XX. El Dinero, asume un papel trascendental.

Y mientras en otros territorios y países, las empresas pueden acceder a esta Financiación, bien bancaria como de fondos de inversión, en el País Vasco, si bien existen Fondos de Inversión Públicos y Family Offices que invierten en empresas, carecemos de una Industria Inversora Profesional. Una Industria que permita apalancar nuestra tecnología y conocimiento para hacer crecer a las empresas en tamaño. Que permita a las empresas jugar la partida con las mismas ‘cartas’ que su competencia. Que nos permita ser más ambiciosos.

Con este objetivo de impulsar la creación de esta Industria Inversora, algunas personas y agentes locales, hemos decidido dar un paso adelante y lanzar Easo Ventures, la primera Sociedad de Venture Capital Privada del País Vasco, con una inversión a gestionar de 18,5 millones de euros. Un vehículo de Inversión y Apoyo para PYMEs, principalmente del País Vasco, lideradas por un gran Equipo de Personas y que cuenten con un proyecto claro de crecimiento: nuevos mercados, nuevas tecnologías, nuevas ambiciones…

Para ello, además de contar con un equipo profesional de primer nivel, hemos conseguido la participación de cerca de 100 inversores. Además de la participación y apoyo del Gobierno Vasco a través de la SPRI, han invertido en el fondo Personas y Empresas que, además de invertir su dinero, se han comprometido a apoyar a las empresas invertidas con su experiencia y conocimiento. Este es el principal diferencial de Easo Ventures: queremos buscar PYMEs con proyectos de crecimiento para ofrecerles dinero y ese ‘saber-hacer’ de grandes y reconocidos profesionales. Realmente tenemos todos los ingredientes.

Esto no se trata de un vehículo inversor más para Startups, se trata de un vehículo pensado y dirigido a las PYMEs de nuestro territorio, a quienes queremos acompañarles a jugar esta partida en este nuevo tablero. ¿Te animas?